En la Alameda se ubicaban las murallas defensivas medievales hasta el siglo XVIII, cuando la zona se configuró como un paseo arbolado y se edificaron casas nobles y mansiones donde se asentó la clase mercantil malagueña conocida como la oligarquía de la Alameda. Estuvo poblada por álamos blancos (de ahí su nombre alameda), esculturas y la fuente de Génova.
En 1925 se abrió al tráfico con el nombre de Avenida de Alfonso XIII. Su imagen contemporánea se debe a una remodelación: se plantaron sus característicos ficus, se instaló el monumento al marqués de Larios y se produjo su apertura al tráfico.