Universidad de Málaga

Málaga 1963. El Kiosko de la Marina

Málaga 1963. El Kiosko de la Marina

El Kiosco de la Marina forma parte de la memoria histórica personal de cada uno de nosotros y nosotras, pero en mi caso, además de tener las parecidas experiencias a las de toda mi generación, cuento con una muy especial.Viví en Melilla hasta los once años y cada época vacacional tenía la ocasión de venir a ver a la familia. Llegar a Málaga era un  acontecimiento largamente deseado, pues no solo tenía la ocasión de convivir con mi adorado abuelo materno, sino vivir y respirar la alegría de nuestra ciudad. Volver para los malagueños que hemos estado tiempo lejos, es una experiencia extraordinaria, yo era una niña que venía de una ciudad militar, gris y aburrida y llegar a Málaga, a su bello puerto flanqueado por palmeras y follaje de las mas lejanas procedencias, oír el bullicio de la gente, los pregones de la época, los coches de caballos, los taxistas charlatanes... Subir calle Alcazabilla, driblando la Aduana y la Alcazaba, hasta llegar a calle de la Victoria, zaragatera y graciosa, parar en la puerta de la ermita del Agua, la olorosa churrería de la esquina, el misterioso ámbito de la carbonería de enfrente y por fin, el abrazo de mi abuelo. Recuerdos insuperables.El Kiosco de la Marina, desde el barco, era el primer punto cardinal de mi llegada.

 

Mariluz Reguero

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